ESTADOS DE ÁNIMO DURANTE EL EMBARAZO, ¿INFLUYEN AL BEBÉ?
Mimuselina
Si. Si. Rotundamente SI. Todas las emociones y sentimientos que tengas a lo largo del embarazo afectarán a tu bebé. Así que ya sabes, no sólo debes cuidarte a nivel físico, también a nivel mental. ¿Os acordáis del famoso lema "Mens sana in corpore sano"? Pues de ese latinismo tenemos que aprender mucho las embarazadas.
Y es que durante los nueve meses que dura nuestro embarazo, la revolución hormonal a la que nos vemos sometidas, prácticamente nos domina y provoca un tsunami emocional al que es imposible no sucumbir. Estados de ánimo cambiantes, tristeza y nostalgia que nos sobrecoge de repente y sin causa alguna... Pero es que estamos creando vida, que no se os olvide, así que no sólo cambia nuestro cuerpo; nuestra mente se está preparando también para sentir de forma especial todo lo que está por venir.
En estos días que se aproximan hay un sentimiento que embriaga casi al 100% de las personas: la nostalgia. No sé que tiene la Navidad pero nos provoca un nudo en el estómago, mezcla de alegría por las fiestas, por las reuniones familiares, por la magia de la Navidad... y a la vez esa sensación de melancolía y tristeza por los huecos vacíos en la mesa, por la lejanía de seres queridos... Quizá estés empezando a notar como una tristeza, que no sabes ni cómo, ni por dónde, ni de qué, se apodera de ti. Pues te daré un consejo. Déjala entrar lo justo, el tiempo necesario para valorar que vale más la pena sonreír que estar todo el día triste por los rincones. Y no te lo digo sólo por ti. Te lo digo por tu pequeño o pequeña. Piensa en él o en ella porque cada mal pensamiento que dejes entrar en tu mente, entra de lleno en su corazón.
Así es, porque está demostrado que las emociones que afectan a la madre durante el embarazo, afectan directamente al bebé, no sólo durante los nueve meses de gestación, también va a ser determinante durante su desarrollo y evolución posterior.
Quizá os pueda parecer increíble. Pero es cierto, es tan mágico como la vida, como el embarazo en sí mismo. Por eso es importantísimo cuidar la mente, el estado emocional y psicológico (siempre, pero más aún durante el embarazo). Entre vosotros se está generando un vínculo, una conexión metafísica, que os permitirá estar conectados física y emocionalmente.
Son muchos los estudios que han determinado que determinadas emociones que experimenta la madre liberan una serie de hormonas que le llegan directamente al bebé a través de la placenta. Además, esas emociones se convierten en química que cambia incluso el sabor del líquido amniótico. Así el bebé percibe también el tono de voz de la madre, su ritmo respiratorio o cardíaco...
Así, cuando embarazadas tenemos pensamientos negativos o emociones tristes, así como algún miedos durante el embarazomiedo, se reduce el flujo sanguíneo que le llega al bebé. Esa tristeza, estrés, nostalgia, melancolía, nervios, ofuscación... hacen que el sistema nervioso se altere, segregue unas hormonas dañinas que logran pasar a través de la placenta y transmitir una dosis de adrenalina que puede tener consecuencias negativas para el bebé: aumentar su presión arterial o su ritmo cardiaco. Además, las malas experiencias, sustos, estados de shock, malas noticias y este tipo de emociones, afectan tanto que pueden llegar incluso al adelanto del parto.
Sé que es muy difícil controlarlo, pero debemos cuidar nuestro estado emocional, hasta donde podamos. Está claro que una mala noticia no es evitable, pero sí que podemos controlar a nuestra mente y ponerla a ralla c
uando nos invada algún sentimiento negativo de manera gratuita. En esto también tiene que ayudarte tu entorno y generar un espacio para la futura mamá que evite todo tipo de estrés. Suma personas y momentos positivos en tus días de embarazada (consejo extensible al resto de tu vida).
uando nos invada algún sentimiento negativo de manera gratuita. En esto también tiene que ayudarte tu entorno y generar un espacio para la futura mamá que evite todo tipo de estrés. Suma personas y momentos positivos en tus días de embarazada (consejo extensible al resto de tu vida).
Así pues, la personalidad de todo ser humano tiene su origen a partir de lo vivido en la etapa prenatal, porque todo deja huella... Así que, ¿qué huella queremos dejar en nuestros bebés?
Si estamos felices y tranquilas, con pensamientos positivos, produciremos endorfinas que van a hacer que el bebé tenga un ritmo cardiaco estable y una oxigenación plena. Háblale a tu bebé, dile cosas tiernas, comunícate con él y construye su personalidad, una personalidad optimista y positiva. Vive, experimenta, ríe, no dejes de hacer cosas que te hagan disfrutar y ser feliz.
El tan sufrido estrés, el gran mal de la sociedad de hoy en día. Lo laboral marca nuestras vidas más de lo que debería y muchas veces nos causa un nivel de ansiedad que no son nada buenos para nuestro pequeño. Pueden alterar su sistema endocrino y afectar a su desarrollo cerebral. Además podría llegar a sufrir esa depresión o estrés de niño o adulto. ¿De verdad vas a dejar que esto afecte a tu bebé? Está en tu mano. Olvídate del estrés y céntrate en lo verdadera y únicamente importante, esa magia y ese vínculo que estás creando con tu hijo o hija.
La tristeza, melancolía o nostalgia de la que hablábamos antes y que se agudiza aún más en estas fechas navideñas, también afecta y mucho. Si la madre llora, puede conducir a problemas de sueño, digestión o presión arterial en la madre y puede dar lugar a episodios de depresión del pequeño durante su vida. Procura que no te invada esta tristeza y disfruta de cada día del embarazo y celebra la vida, la que tienes y la que estás creando.
Intenta enfadarte lo menos posible, ya que estar enojada puede acelerar tu ritmo cardíaco y al contraerse los vasos sanguíneos, se reduce el oxígeno que le llega al bebé.
Fijaos si es importante que incluso existe la Asociación Española de Psicología Perinatal (AEPP) para cuidar el estado mental y afrontar el torrente de sensaciones que las hormonas del embarazo pueden provocar. No todo el mundo puede controlarlo de la misma manera, si ves que no puedes, y te invade la melancolía, déjate ayudar, tu pequeño te lo agradecerá.
